Una fuerte emoción emerge casi que por accidente, me pregunto si será el destino quien predeterminó que alguien llegaría a endulzar mis días cuando menos lo esperaba. Se trata de ese encanto natural aunado a una profunda curiosidad humana de conocer, de saber, de sentir, y también de demostrar, de mostrar, de impresionar. Dando vueltas y vueltas en mi mente como una criatura fantástica etérea, pero es real.
Seducido por su carisma aun la veo danzar, esplendida, virtuosa. Doy gracias a la divinidad que me ha permitido ver más allá de lo aparente, con ojos de poeta leo en lo profundo de su alma.
Suspiro...viene a mi mente aquella poesía de Jorge Guillén que delata mi sentir: ¡Cima de la delicia!
Todo en el aire es pájaro.
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