El calor de
la aurora ya se siente como informando que no hay más camino más allá del oriente
Diciéndome que
es hora de despertar, diciéndome que es momento de volver al estado Adámico
Aun
maravillado con la belleza de la luz que irradia el horizonte, no puedo más que
agradecer al destino por la dulzura de la esperanza experimentada en mi avance
en el sendero, el aire respirado, el calor en mi rostro, y la esencia degustada
que activó mis papilas, invadió en mi paladar y tocó fibras.
Levanto la
frente y digo: ¡Dios! guíame, y veo mis pies maltratados como mis fuerzas
agotadas, porque es muy difícil caminar sembrando, porque es muy difícil cosechar
en lo árido, porque es muy difícil avanzar luchando.